¡Pillado!

Después de un finde muy movidito en el que no he tenido tiempo para nada que no fuese ocio fuera de casa, vuelvo para contar lo que me pasó el viernes en el gimnasio.

Estaba haciendo unos ejercicios de piernas en el piso de abajo, y estaba solo. El gimnasio tiene espejos por todas las paredes, asi que si no quieres verte el careto tienes que mirar al techo o al suelo, porque de lo contrario es imposible no verse, imposible. Lo juro.
Pues al término de un ejercicio, mientras descansaba 1 minuto para comenzar con otro, me vi obligado por el entorno a mirarme. Y ya que estaba en ello, aproveché para hacer ese tipo de cosas que no haces cuando hay gente delante, no seais malpensados, todos sabéis a lo que me refiero. Bueno pues saqué el movil del bolsillo del pantalón, y comencé a hacer giros con el, cual revolver en manos de un ladrón del oeste Americano, para volver a meterlo al bolsillo con el mismo movimiento. Lo repetí un par de veces para mejorar mi técnica, y estaba tan inmerso en mi estupidez que no me di cuenta que bajaba una persona por las escaleras, y se me quedaba mirando con cara de: "A este tio qué coño le pasa". Pues mi primera reacción fue, instintivamente, deshacerme de lo que tenía en la mano. Solté el movil con mucha rapidez y sin pensar muy bien lo que estaba haciendo, y claro, el movil pegó tal hostión en el suelo que se desarmó. Móvil, batería y tapa cada una por un lado, el hombre evitando descojonarse, aunque no pudo disimular una sonrisilla, y yo me sentía como si estuviese desnudo ante 50.000 personas. Os puedo asegurar que ese día terminé los ejercicios con una velocidad anormalmente rápida. Luego me reí, pero que mal rato pasé por culpa de los espejos.

¿Cómo debería ir la próxima vez al gimnasio? ¿ Con la cabeza bien alta o con la cabeza bien baja?