27 julio 2007

Azúcar y sal

Hay aspectos de nuestra vida cotidiana que siguen siendo un desaste, y lo seguirán siendo por mucho tiempo. La mayoría tienen soluciones muy simples, pero la dejadez es, en muchos casos, la gran culpable de estas situaciones junto a la comodidez y la tradición.

Ayer dí con uno de esos aspectos. No voy a generalizar, pues lo he visto muy pocas veces, pero merece la pena ser contado porque tampoco es un caso único. ¿Por qué hay gente que se empeña en poner azúcar y sal en botes que son exactamente iguales, y que guardan juntos? Para el que vive ahí es fácil, pero llegas tú a esa casa, vas a echar mano del azúcar y no sabes cuál es. Y si hay gente que si ya de por sí alguna vez ha echado sal al café siendo los botes distintos, esta situación es aun peor. Ni siquiera el morador está exento de la confusión en un momento de despiste.
Se te obliga a preguntar o a probar un poco de uno de los botes (con la esperanza de haber elegído el azúcar). También se da el caso que, y ampliando el radio a otros productos, los botes contengan el nombre de lo que contienen pero, inexplicablemente, siempre están puestos de tal manera que desde tu posición no puedas leerlo.

Quizá la gente no le de importancia a estas cosas y yo soy un maniático, pero se podrían ahorrar situaciones como la cara de asco de un sorbo de café con sal. Aunque bien pensado, esas situaciones pueden hacer anecdótico y divertido (por unos instantes) un día gris. ¿Se os ocurre algúna otra situación de estas?

4 comentarios:

kaO¡ dijo...

A mi personalmente el tema que comentas no es algo que me cree grandes problemas, supongo que porque no suele utilizar azúcar -no sé por qué-, i en cualquier caso en mi casa están en sitios radicalmente diferente (el de la sal es feo, mui feo i el de azúcar es topicazo de todas las madres en todas las cocinas).
Y bueno, aunque no se me ocurre ningún caso relacionado ahora mismo, sí se me acaba de pasar algo relacionado con con estos dos ingredientes. Y es que si hai algo que me fastidia mucho -mucho-, es llegar a comer a un restaurante, bar.. lo que sea, necesitar la sal i que el recipiente esté tan jodidamente bloqueado por dios sabe qué que no sale nada más que con brutales golpes de efecto casi siempre demasiado fallidos.En fin, tendré que escoger mejor los sitios a los que voi, ¿no?

Y joder, como me he enrrollao.

Un besazo!!
i arriba Fito!!jiji

kaO¡

carlos dijo...

jajajaja, a mi no me suele pasr eso , no le echo azucar a practicamente nada, y sl solo a la ensalada , aparte que esta estrategicamente colocado ( la sal junto el aceite y el vinagre), a mi lo que si me pasa a veces es cuando me ducho el gel y el champu esta mezclado sin orden, y cuando me ducho cojo uno cualkiera y cuando ya estoy enjabonado tengo la jodida mania de comprobar ke cojnes me echo ( DESPEUS DE ECHARMELO ?¿?¿?¿? POR QUE NO ANTES?,mistterios de la mente) y tu sabes ya lo que paso una vez con un bote de aceite jhonson baby, engominao perdio acabe jajaja.

Un abrazooo

Luka dijo...

A mi me ocurrió algo similar cuando era pequeña, mi abuela se confundió, y me hizo un colacao con sal, estaba malísimo, y lo peor fue que cuanto más le decía que estaba malo, ella más azucar ponía(eso creía ella), y más asqueroso sabía, claro...Hasta que se creyó que no era una excusa para no tomarmelo, y decidió probarlo...Buaj!!! No os lo recomiendo!!

Anónimo dijo...

JAJAJA! yo también tengo otro ejemplo sobre lo q comentas francis, la cosa es que en mi casa el aceite y el vinagre estan juntos y su embase hace imposible diferenciarlos ya que son dos jarras de ceramica blanca pintadas a mano opacas 100% y no pone nada escrito...[horrorosas por cierto], vamos el clasico topikazo de madre. Cuando kieres aliñar una ensalada es cuestión de azar, tú exas y por el color y la espesura sabes si es aceite o vinagre, pobre del q venga a mi casa!!!