Escaleras mal hechas

Hay unas escaleras aquí en Guadalajara que son lo más desesperante que he visto nunca. No es porque sean largas, no. Casi lo preferiría. Lo que pasa es que están mal hechas. No se pueden bajar (o subir) de una en una, pero tampoco de dos en dos.

Me explico. Cada peldaño tiene la longitud exacta como para que si las bajas de una en una parezcas Chiquito de la Calzada (jaaar me mueroor), y si las bajas de dos en dos parezcas un tonto dando zancadas. No hay término medio, y me desesperan muchísimo. Todo aquel que las prueba acaba odiándolas.

Yo creía que en pleno siglo XXI la Ingeniería humana había acabado ya con las escaleras mal diseñadas, porque si hago memoria, me salen unas cuantas mas... ¿conocéis algunas? Afortunadamente éstas ya no están presentes en mis rutas diarias, ni lo estarán. Si alguna vez paso por allí, me grabaré en vídeo y lo colgaré para que veáis a que me refiero.

Por otra parte he acabado algo que tenía pendiente desde hace mucho tiempo, y me siento genial. Creo que he tardado 3 años desde que me dije a mi mismo que lo haría. (Ya era hora). ¿El qué? La semana que viene os lo enseño. El resultado no es perfecto, pero estoy satisfecho con el trabajo bien hecho.

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Esto hay que leerlo rápido, sin pausas y con acento Chiquito: “Esto va uno que le dice al otro oye tu como te llamas dice Peter 'Obrian y dice el otro bueno pues decidete o qué.”