Después de estar un par de años diciendo que haber si nos disfrazamos, y a la hora de la verdad nada de nada, este ha sido por fin el momento. Parecía que se nos complicaba porque los exámenes de la universidad no acababan hasta una semana antes, y claro, una semana para organizarse entre varios amigos, pues era un poco complicado. Pero en fín, al final nos disfrazamos de piratas, menos Cubillo que es un soso. Elena, Irene, Pilar, Ariana, Helen, Escri, Chiqui, Tara, Victor y yo abordando el centro de la ciudad. Fue divertido, podría repetirlo cada año, y es porque se sale de la rutina, puedes dejar de ser tu por un día para ser quién te apetezca, esconderte detrás de una máscara, dar la estocada a un desconocido, gritar a otros piratas que te encuentras a tu paso, y dejar de ver colores del Pull & Bear, Springfield, Zara, Bershka, para ver colores de gallos, vacas, marineros, enfermeras...
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