27 noviembre 2006

Cerradura

Hoy he hecho algo que nunca en la vida creí que haría: Forzar una cerradura. Resulta que mi vecina se había quedado fuera sin llaves, y su marido no regresaba hasta la noche, asi que estaba literalmente tirada en la calle, y ha venido a mi casa para ver si podíamos abrir la puerta de alguna manera. He cogido el DNI y un radiografía de mis pulmones (que bonito coño) y me he puesto manos a la obra. Primero he probado con el DNI. Era demasiado pequeño para llegar bien al pestillo, y no conseguía mas que abrir 1 milimetro la puerta. Después lo he intentado con la radiografía. Pero era demasiado débil como para abrir el pestillo. La he plegado 2 veces, y eso ya era bastante sólido, pero el problema ahora era su grosor. No cabía por la rendija. Asi que he fusionado los dos métodos. Primero he metido el DNI hasta abrir ese milímetro, que me ha permitido meter la radiografía por la rendija. Entonces he empujado fuerte hacia dentro mientras empujaba la puerta y tatachán, se ha abierto la puerta. Yo estaba flipando.

Había visto y escuchado ese método en la tele o en boca de alguien, pero nunca había creido que era tan sencillo. Pensaba que era una de las miles exageraciones de la tele para dar emoción a las cosas. Ahora comprendo la importancia de echar la llave cuando sales de casa y ésta queda vacía, o cuando vas a dormir. Es relativamente muy facil abrir una puerta, asi que ya sabéis cual es la moraleja de esta historia.

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