05 mayo 2007

El Golpe de Mala Suerte

Por muchos motivos o situaciones hay días que no olvidarás jamás. Ya sea bueno o malo, si algo se sale de normal, y además en gran medida, el alma te da un vuelco y hace que sea inolvidable.


Tiempo ha sucedió uno de esos días. Uno de los que más presencia tiene dentro de mí.

Uno en mis rutinarias y por supuesto amadas vacaciones en Málaga. Quedamos para ir a la playa, a saber, Carlos, Nani y yo. El plan era quedar en el centro comercial Larios, juntarnos con Nani ahí, y darnos un paseo hasta la playa.

Salimos de casa. La mochila, el bañador, las chanclas... Hasta ahora todo normal. Llegamos a una calle, tropiezo malamente y casi me escoño, y cuando voy a mirar con qué he tropezado, vuelvo a tropezar otra vez y no me como una farola de milagro. Primer aviso.

Un pequeño receso. Para el que no lo sepa soy una persona extremadamente torpe. No hay día que no me pase algo como un golpe o un tropiezo.

Continuemos. Pensé - bien Fran, ya has cumplido por hoy-. Pero no, la cosa no había hecho mas que empezar. Llegamos al centro comercial, y a la que pongo el pié en la rampa mecánica, la chancla ultradeslizante hizo que resbalase con rapidéz. Los reflejos hicieron que apoyase los dos brazos en el apoyo de goma, lo que evitó la caída total, que no parcial. Mi primo se descojonaba.

Una vez en el punto de encuentro, esperamos a Nani durante 40 minutos, momento en que nos llama y nos dice que ha tenido problemas, que vayamos directamente a la playa que no espera allí. No sobra decir que el Larios no es que quedara precisamente de camino a la playa, hicimos un esfuerzo para quedar con él, y ahora habíamos perdido el tiempo. Desolados pusimos rumbo al mar. Caminando por otra calle noto que algo me da en el talón. Miro, y no era ni más ni menos que una flema verde, grande y asquerosa pegada en mi pié. ¡Qué asco! ¡Quién coño haría una cosa así! Debió ser desde un balcón porque a mi alrededor no había nadie. Blasfemé en alto y me cagué en muchas cosas. Lógicamente necesitaba limpiar eso pero ya, pero entre nuestros enseres no contábamos con pañuelos. Desesperado, ví un papel publicitario pegado a una farola. Era mi salvación. Lo arranqué, pero tras el se escondía una gran cantidad de aceite o grasa, con tan mala suerte que se me quedó la mano negra. A duras penas me quité la flema, dejando también un pequeño rastro negro en el talón. Mi primo, que apenas había parado de reirse ya con mis desgracias anteriores, volvió a meterse en el maravilloso mundo de la risa.

Sin mas incidentes llegamos a la playa, nos encontramos con Nani y nos tumbamos a tostarnos. Al rato fuimos al agua. Y una vez dentro descubrimos otra cosa. Ese agua estaba llena de aceite, gasolina u otro tipo de combustible o desecho industrial... No sabríamos describirlo muy bien, pero una cosa quedó clara: Se nos plastificó el pelo a los tres. Al principio gustó, podías poner tu pelo en cualquier posición y peinado. El problema llegó cuando, no os alarméis, me empezaron a picar los cojones de una manera nunca antes conocida. Y claro, en bañador, con la playa llena de gente, ¿cómo vas a arrascarte? Meterse al agua para hacerlo era la peor idea de todas sabiendo de dónde podía venir ese picor, hasta que compartí mi sufrimiento con Carlos y Nani. Y qué sorpresa, a ellos les pasaba exactamente lo mismo. No nos metimos de nuevo al mar, y yo personalmente me quemé. No solo eso, sino que a la vuelta a casa ya no picaba, escocía, y no solo los huevos, sino toda la zona cercana, inluido las piernas. El viaje a casa fué de terrible sufrimiento. Las rozaduras no nos dejaban andar con normalidad. Llegamos, me duché, me tiré a la cama y no me moví de ahí en todo el día. No quise, me negué, bajo ningún concepto, rotundamente no a hacer cualquier tipo de cosa... ¡Tierra, TRÁGAME!


Sin duda, el peor día de mi vida. Poco importa que creáis o no en la Diosa Fortuna. Eso fue mala suerte y no tiene otro nombre. Si la gente que cree en ella comienza a hacerlo cuando tiene un golpe de buena suerte, yo lo hice cuando tuve EL GOLPE DE MALA SUERTE.

2 comentarios:

carlos dijo...

yo fui testigo y certifico como que todo es totalmente veridico, la arta de reir que yo me pege ese dia , pufff, increible , me seguia riendo incluso cuando volviamops a casa y estaba escozio perdio , tenia los cojones como la bandera de japon , pero como la imperial con rayas rojas, y no habia un dia ke pases por el pasillo de mi casa y no se escuchara un golpe tuyo contra algo , jajaja , y bueno no cuento mas por ke tienes para otro post pero ahi va el avance, kien metio una pierna por una alcantarilla en mañaga ? jajaja , te pasa de todo nen. diosa fortuna. The maldits.

Abrazos nen

Anónimo dijo...

la famosa historia de la chancla...